Elecciones en Venezuela: ¿Por qué son las más inciertas desde 2013?

Venezuela se prepara para unas elecciones presidenciales que se perfilan como las más inciertas desde 2013. En un contexto donde la oposición muestra una ventaja significativa en las encuestas, las elecciones de este domingo 28 de julio representan un desafío sin precedentes para el chavismo, mientras la oposición enfrenta obstáculos significativos que podrían influir en el resultado final.

Las elecciones presidenciales de 2013, celebradas tras la muerte de Hugo Chávez, fueron marcadas por la incertidumbre. Nicolás Maduro, sucesor de Chávez, ganó por un estrecho margen a Henrique Capriles. Once años después, el actual presidente Nicolás Maduro se enfrenta a una oposición unida y aparentemente fuerte, representada por Edmundo González Urrutia, candidato de la Plataforma Unitaria, que agrupa a los principales partidos opositores.

Luis Vicente León, presidente de la consultora Datanálisis, describe esta elección como “la más compleja” que ha enfrentado el chavismo en 25 años, y la mejor oportunidad para la oposición. Las encuestas independientes sugieren una ventaja de más de 20 puntos para González Urrutia, reflejando un notable rechazo hacia la reelección de Maduro, desgastado por una prolongada crisis en el país.

Desde 2023, la oposición ha denunciado múltiples obstáculos impuestos por el oficialismo. La inhabilitación política de María Corina Machado, quien ganó las primarias de la oposición con una amplia votación, ha sido una de las principales quejas. La Contraloría General de la República, bajo la dirección del oficialista Elvis Amoroso, sancionó a Machado, impidiendo su inscripción como candidata presidencial.

La oposición ha argumentado que dicha inhabilitación, impuesta por un procedimiento administrativo, viola los principios de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que establece que tales sanciones deben ser resultado de condenas judiciales. La imposibilidad de inscribir la candidatura de Machado llevó a la Plataforma Unitaria a postular a González Urrutia, un diplomático retirado de 74 años que, aunque era relativamente desconocido, ha escalado rápidamente en las encuestas.

Además de la inhabilitación de candidatos, la oposición enfrenta un clima de represión y restricciones. En lo que va del año, la ONG Foro Penal ha registrado 102 detenciones de personas vinculadas con la oposición, muchas de ellas coordinadores de campañas o simpatizantes de los partidos de la Plataforma Unitaria. Se han reportado casos de acoso sistemático, restricciones a los actos de campaña y sanciones a hoteles y restaurantes que prestan servicios a equipos de campaña opositores.

También ha habido limitaciones significativas para el voto en el extranjero. De los más de 7,7 millones de venezolanos fuera del país, solo 69.189 están inscritos para votar, una cifra baja considerando la diáspora. Las restricciones impuestas por el Consejo Nacional Electoral (CNE), como el calendario ajustado para la inscripción de votantes y los requisitos estrictos para los venezolanos en el extranjero, se perciben como intentos de reducir la participación de votantes que tradicionalmente favorecen a la oposición.

La oposición ha cuestionado la transparencia del proceso electoral, criticando la decisión del CNE de restringir la presencia de observadores internacionales. La Unión Europea y el expresidente argentino Alberto Fernández, quien también iba a actuar como veedor, han sido excluidos. El CNE ha retirado las invitaciones a estas misiones de observación, lo que, según la oposición, resta credibilidad al proceso.

El chavismo enfrenta una prueba crucial en estas elecciones. Con 25 años en el poder, el oficialismo arriesga no solo la continuidad del proyecto político de Chávez, sino también su exposición a posibles investigaciones y sanciones internacionales. La posibilidad de que Maduro y otros líderes del oficialismo enfrenten investigaciones por violaciones a los derechos humanos añade una dimensión crítica a la contienda.

Luis Vicente León y Jesús Seguías señalan que, aunque la oposición muestra una ventaja en las encuestas, la capacidad del gobierno para movilizar a sus seguidores y controlar las instituciones sigue siendo un factor determinante. León destaca que el gobierno tiene ventajas en términos de recursos y control institucional, mientras que la oposición depende de una movilización espontánea impulsada por el deseo de cambio de los ciudadanos.

La elección presidencial en Venezuela del próximo 28 de julio se presenta como una prueba de fuerza entre la capacidad de movilización del oficialismo y el deseo de cambio de una oposición que, a pesar de enfrentar obstáculos significativos, ha decidido participar. Con una ventaja en las encuestas y una serie de restricciones que ponen en duda la transparencia del proceso, el resultado final de las elecciones sigue siendo incierto y crucial para el futuro político del país.

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