El reciente intercambio diplomático entre Chile y Venezuela ha escalado considerablemente después de que el presidente chileno, Gabriel Boric, calificara al gobierno de Nicolás Maduro como una “dictadura”.
Boric criticó duramente al régimen venezolano, señalando la manipulación electoral, la represión a la oposición y la crisis migratoria que ha forzado a millones de venezolanos a abandonar su país.
En respuesta, el canciller venezolano, Yván Gil Pinto, lanzó una serie de acusaciones contra Boric a través de un mensaje en Telegram, en el que lo calificó de “peón del imperialismo” y “cobarde”.
“Los pueblos del mundo comprueban hoy lo que Chile notó hace tiempo: Boric es una pieza comprada por los EE.UU., cobarde y arrastrada a intereses que nada tienen que ver con los anhelos de los pueblos de Nuestra América. ¡Cuanta falta hace en Chile un Salvador Allende!”, indicó.
“Hoy Boric pasa de ser el hazmerreír de un continente, al más sumiso peón del imperialismo norteamericano, el mismo que ordenó estrangular a la economía de Chile para luego imponer a sangre y fuego la dictadura de Pinochet e instalar un régimen económico neoliberal, que aún hoy somete a los trabajadores bajo la mirada cómplice de su gobierno”.
“Ridículo sirviente, no merece ningún insulto, sino la lástima que se le reserva a los que están destinados a ser algo peor que la nada”.
Gil Pinto también afirmó que Boric sigue los intereses de Estados Unidos y lamentó la falta de un líder como Salvador Allende en Chile. Estas declaraciones reflejan un notable aumento en la tensión entre ambos países, exacerbada por las críticas de Boric al proceso electoral en Venezuela, cuyos resultados fueron ratificados recientemente por el Tribunal Supremo de Justicia venezolano.
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