Esperance Lumineska Fuerzina, una veterana del ejército estadounidense de 36 años, ha dejado su marca en los anales de la historia al romper todos los récords mundiales y convertirse en la mujer con la mayor cantidad de tatuajes y modificaciones corporales de la historia. Originaria de Bridgeport, Connecticut, Esperance cuenta con el 99,98% de su cuerpo cubierto en tinta y un total de 89 modificaciones corporales, un logro que le ha valido el reconocimiento oficial de Guinness World Records.
La organización Guinness World Records verificó este asombroso logro en Tijuana, México, donde confirmaron que la piel de Esperance está tatuada en prácticamente todas las áreas posibles, incluyendo manos, pies, cuero cabelludo, lengua, encías, escleróticas (la capa exterior de los ojos), e incluso en zonas extremadamente delicadas como sus genitales.
“Me siento honrada y sorprendida de unirme a la familia de Guinness World Records”, comentó Esperance tras recibir el reconocimiento. Su travesía para romper este récord comenzó de manera casual, cuando un conocido mencionó la posibilidad de competir por el título. Al investigar, Esperance descubrió que ya había superado el récord anterior, establecido en 2017 por Charlotte Guttenberg, quien tenía el 98,75% de su piel cubierta con tinta.
Esperance, quien creció en una familia de militares y vivió en diversas ciudades del sur de Estados Unidos y Japón, decidió seguir los pasos de su familia y se unió al ejército como oficial del servicio médico. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado cuando a los 21 años se hizo su primer tatuaje, un pequeño símbolo conectado a la familia de su primera pareja. Ese tatuaje fue pronto cubierto por un ave fénix, marcando el inicio de su amor por el arte corporal.
En 2014, Esperance dio un paso más allá al realizarse su primera modificación corporal: una lengua bífida. Desde entonces, ha acumulado una impresionante serie de alteraciones a su cuerpo, incluyendo 15 implantes subdérmicos, piercings faciales, tatuajes en los globos oculares y la remoción de ambos pezones.
“Creo que es obvio que no estoy tratando de adherirme a los estándares de belleza tradicionales, eso puede ser liberador y también algo que muchas personas no entienden y pueden tener una actitud negativa al respecto”, reflexiona Esperance sobre su apariencia.
A pesar de haber enfrentado comentarios negativos y experiencias difíciles debido a su apariencia, Esperance ha mantenido un enfoque positivo en la vida. Ha trabajado como voluntaria en refugios de animales y con organizaciones que luchan contra el VIH, siempre buscando difundir un mensaje de bondad y aceptación.
En cuanto a sus planes futuros, Esperance reveló que no tiene intención de detenerse. “Por supuesto que no he terminado”, afirmó, insinuando que ya está planeando su próximo tatuaje y espera involucrarse más con su comunidad local. Con su récord mundial en mano, Esperance Lumineska Fuerzina continúa desafiando los límites del cuerpo humano y las expectativas sociales.
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